Gesto o palabra fresca,
primaveral tibieza,
que del corazón emana;
actitud sencilla y tierna
que le realza a ese ser el alma
y le acaricia con ternura,
como música que arrulla,
los oídos y el alma del que la recibe
y por ella el corazón agradecido
siempre vive
Delicadeza
Nada cuesta ofrecerla con cariño,
es como regalarle una sonrisa a un niño.
Es el encaje que remata al más delicado lino,
todo lo transforma;
no no equivocaremos al decir que
del corazón provino
ese toque de frescura que al trato adorna,
y es la fragancia que acompañando al amor
nos deja perfumado el corazón.
Por eso esconde las espinas, la rosa
a la galante mariposa
que delicadamente la acaricia
como suave brisa.
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