Ese jardín, que durante nuestra existencia,
plantamos con amor, y ofrendamos a la vida
se profana, si en el corazón la rabia se anida
y no se tiene suficiente amor y paciencia...
Los botones primorosos no abrirán con amor
y perderán su fragancia en el camino,
se salpicarán sus pétalos con dolor;
no verán claro para cultivar lo divino
Jardín ya entristecido,
raíces que no se nutren;
aires enrarecidos
que se confunden,
fragancias profanadas
que se pierden en la nada...
Si tu jardín no quieres regar
con aguas del corazón,
déjalas respirar....
Quien sabe si hasta el viento soplará,
regalándole, a lo mejor,
algo de paz en su interior.....
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