Amistad también quiero tener,
no me conoces...
así diría la mujer
sin afecto, sin comprensión
desde el laberinto de su corazón
No me conoces...
flotará la candidez
defendiendo su dignidad
aunque muestre madurez
y la paz que no se siente
pero va por dentro
la procesión silente
y también la soledad,
pero son mías -dirá rebelde-
y yo las siento
No me conoces...
Y en esa lucha que se quiere ganar
se agitan los sentimientos,
como un barco echado a la mar
sin rumbo fijo azotado por mil vientos,
necesitando fuerzas para seguir navegando
sintiendo ya la nave naufragando
se busca aferrarse a sí misma
como a un salvavidas
y de esa forma encontrar la salida.
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