Yo dije una vez…
Yo dije una vez:
Madre es hora de partir
Quita el retrato de la pared
Guarda mis harapos
El pocillo donde tomo café
La almohada henchida de mis pensamientos
Los ojos que me han visto
El espejo
La montaña
Mi asombro por los pájaros
Luego callé Desde entonces he callado
En capilla ardiente
No sé si así son todas las vidas
Algunas o sólo la mía
En el largo río de la noche
Van multiplicándose las sombras como panes y peces
Y flotan en su ribera
Muertos y tumbas y féretros
Matorrales de dudas
Invierno de imprecisiones
Titubeos entre vahos
He vuelto a callar en mi lecho
Ya con un dejo de cansancio
Sin embargo “deliro y no deliro”
Locura que recorre sudando
Los pájaros que el tiempo va deshaciendo
Madre es hora de partir
Me llama el mudo sigilo de los muros
la dudosa actitud de las puertas cerradas
los siniestros fantasmas de los teléfonos que nunca dicen nada
la vasta fiebre del insomnio
la calurosa agonía del acecho
el vaso de los sueños: “fugaz, tenue y eterno”
ahora parto con los ojos del silencio y el olvido
“se oye venir la lluvia”.
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