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André Cruchaga


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ELEGÍA TERCERA

ELEGÍA TERCERA


“Busco cosas, me acuerdo de otras, vuelvo a los poemas,
y además voy y vengo, quiero, juego, trabajo, espero,
desespero y considero”…
Julio Cortázar: Imagen de John Keats


Todo retorna a las aguas oscuras del mar:
Incluso las sombras de la luna y la tristeza
Los muros que resguardan grandes escenarios
El mundo ilusorio y la orgía que anima
Los lujos de los dioses y los hijos de los hombres
La noche que grita en el barco de mi yo
La soledad del corazón que pare abismos
La voluntad que claudica cuando la tormenta arrecia
La estupidez que brilla como el hacha del leñador
La mujer que amo viéndome con sus ojos vacíos
Delante del espejo
Yo sumergido en un exilio cotidiano
Caminando con el rostro interior de la demencia
Al fin de cuentas son los ojos los que guían
Esta montaña de alucinaciones y su tejido
Después de todo nada queda si no niebla
La ceniza que firmó el fuego de los sueños
Las alas rotas de Khalil Gibran
Crujiendo en las ramas de su propia tempestad
Las escarchas de medianoche de Coleridge
Keats en la noche solitaria de invierno
Por todo en gotas de rocío quiero hundirme
Y mezclarme con la ceniza: lejanías
Del recuerdo de Novalis ramas esperanzas
En ropajes rotos tizne al atardecer horizonte huyendo
De pronto uno cae en la cuenta con Quevedo:
Vivir es caminar breve jornada
Y nada que siendo es poco y será nada en poco tiempo
Harto estoy de desnudarme a solas con su cuerpo
Y que la forma del mundo nos mantenga de cabeza
Algo de Góngora hay en este desierto de peregrino
Aunque para mí siguen doliendo más las partidas
Y la espera que se torna en fiera desafiante
O en asombro de ver al propio yo
En la levedad insoportable del ser según Kundera
Alguna vez nos cubrimos sólo con el viento
Ahora sólo es el eco de aquel sonido extinguido
Que es el medio vivir en este mundo
Allanamos las manos de los muertos
Y ocupamos esos cuerpos rotos y oprimidos por la fatalidad
Ella cantaba boleros tal como dice Cabrera Infante
Eran surrealistas todas sus ansias y sus líneas
Pero ya no importa [el reloj se volvió páramo]
Hoy ella baja las escaleras frías de Manhattan
Yo sigo tirando mis pensamientos al aire
Y escribiendo nombres que tengan que ver con el silencio
Después de esto pienso que es triste morir
Y yacer en cada puerta que se abre
Quizá el secreto esté en no sentir la vida…
Barataria, 25012004


André Cruchaga

Copyright © Todos los derechos reservados.

Publicado el: 26-01-2004
Última modificación: 00-00-0000


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