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André Cruchaga


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TU CUERPO AZUL PARPADEA



“En mis ojos, sin querer,
relumbran cuatro faroles”.
Federico García orca.


Uno
Amor, que delicada, das la muerte.
Amor, que en mi palabra, es locura.
Amor, que en mi corazón se vierte.

¡Ay, en mis manos, toda tu cintura!


Dos
Siento el musgo de la vigilia
Que oprime; y, aterido
por tu alma que me llena,
Deseo lo deseado brotando como bosque.

Tres
Es el signo de la vida
Que yo pido de tu frescor;
La luz salta enmudecida...

¡Ay, es que llegó el amor!


cuatro
Y enredar tu aliento
En mi saliva.
Al filo de la noche, en la orilla,
Tu ser me viene
Tanto verte la mejilla
Como lira o arcilla.

Cinco
Una luz. Eso eres,
En mi melancolía.
En la altura de la noche,
—tejiendo la oscuridad sus cuitas—,
tu perfil perenne
se convierte en poesía.


Seis
Ya te alzas, cuerpo,
Del espejo de mis sueños;
El alma con sus misterios, labra,
Como la juventud,
Campanario de sueños.

¡Ya te alejas cuerpo!

¡Yo sigo como era, azor del viento!


Siete
El sueño es dorado:
Desnudos, un minuto es efímero;
Mas, cuando el sosiego vuelve,
El corazón con su garganta
Se torna un carámbano de hielo.


Ocho
Mirad, miradme:
En un jardín errante,
Nosotros somos, en alma abierta
Adán y Eva.
Y que así sea,
Lo que siendo páramo,
Podamos convertir en primavera.


Nueve
Estás cerca de mí como el alba;
Rotas en la noche como una luna:
El misterio nos abraza con su aroma.

Yo siempre tengo anhelos:

Dormir en el idealismo del suspiro,
Y en el abrazo tierno de los poros.

Diez
Quiero que arda siempre,
El corazón que nos concierta;
Quiero que fluya siempre,
Sin decirlo, la emoción plena.
El cuerpo cambia,
Aunque en el rosal, florezcan primaveras.


Once
¡Mira el mar! ¡Mira los campos!
Mar y campo son mi mundo;
Y en ellos tú, como la sonrisa o melodía,
Que riega con amor las frondas.
¡Mira todo y no preguntes!
Mil mariposas aleteantes, salen,
Del campanario de nuestra fantasía.


Doce
Amor tan hondo — ¡qué amor!—
Lo anhelo y lo deshojo
En la brisa de la desnudez.
Amor tan hondo, que frente a frente,
Me lame todo el surtidor de su fuego.
Amor tan hondo, que la aurora,
Llena de desorden la armonía...


André Cruchaga

Copyright © Todos los derechos reservados.

Publicado el: 17-12-2003
Última modificación: 00-00-0000


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