Un pozo de luz insondable
herida abierta insanada,
corazón humano con corazón divino,
en loto flameante encadenados.
Se agita y se forja la espada
con los aceros duros templados
en el infierno denso de lágrimas,
con el yunque de dolor pesado.
Pero su brillo nace en lo eterno;
donde nace la causa primera;
donde vive la fuerza misma
infinitísima fuente de la creación.
Razón no pensó ésto, no pudo.
Solo digo que se ha dormido un rato,
Y del alma me huyó esta luz.
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