No me digas que no me escuchas,
porque se que tus oídos viven,
ni deseo saber que tus ojos no me miran
pues ellos aun tienen luz de vida.
Bien sabes que busco la verdad por dura,
no hace falta una mentira absurda,
¿ Que te fuiste ayer?
Créeme que no lo recuerdo,
basta con que estés aquí a mi lado
aunque no haya confesión de pecado.
Anda toma ese café y siéntate como ayer,
no finjas pesadumbre como es costumbre,
ni intentes tomar la situación ligera
como la vez primera.
Solo se vive una sola vez,
una sola vida tenemos
no la desperdicies en falsos intentos
de engañarte como todo el tiempo.
Ahora has vuelto a pedir perdón,
es extraño que implores ese don
suplicándome que te de un amor
que jamás sembraste en mi corazón.
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