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Se despertó temprano
ese día en que
latitudes adversas
ubicaban el tiempo
un poco más allá
de la piedad.
María calculaba
ciertos sentimientos
donde no incluía el amor
para de esa forma
hacer de la certidumbre
un paso firme
dejando la verdad del error
como un accidente predecible.
Nunca jamás
troqueló la ternura
para convertirla
en frases previsibles
y anodinas
quiso más bien
convertir el logos
en una especie de camino
donde las rosas
supieran matemáticas
y de esa forma
amar fuera más romántico.
Quise saber
que parte de María
me era fiel y me quería
aunque una simple sonrisa
me bastaba porque
estoy cierto que
la luz con poco alumbra.
Me muero por verla
por acariciar su cabecita
contemplar sus ojos negros
recorrer sus campos de
trigo y azucenas
aunque aún no haya llegado
la paz de los sueños
a la eternidad que guardo
en los ocultos secretos
de mi alma errante.
No renunció María
a regalar belleza
a usurpar mis besos
en ciertas noches de verano
Siempre gustó
de ser querida
sin estruendo
ni altares
ni himnos y banderas.
Se fue de nuevo
ésta vez en un barco
de dos proas
por eso se que
volverá de nuevo
y yo la esperaré
con un trocito
de esperanza
entre mis manos
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