Urdieron un plan
los turbios cerebros
que siempre se jactan
de vivir anhelos
de matar virtudes
y alcanzar el cielo.
Mordiendo la paz
con sutiles armas
de odio y acero
cumpliendo amenazas
de terror ajeno
arrasando el bien
duplicando el mal
con ese demonio
que el infierno abriga
y Dios que lo mira
con indiferencia
se muestra consciente
que el hombre se pudre
en su propia fe
casi sin retorno
por eso el amor
con sus circunstancias
se rompe en pedazos
mientras los cerebros
los turbios cerebros
campan a sus anchas.
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