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Deambulando el ser y la palabra,
se pasean tristemente y con pesar,
entre almanaques rojos y carmines,
oteando tenues sentimientos,
en la descalza noche que se aleja.
Yo quise arrebatar un poco de ti misma,
y huir hacia la luz carmesí
que porta el hombre nuevo,
y esconderme en ella,
sin esperar más recompensa,
que el saberme mortal en mis esencias.
Por eso cuando pasan los días,
en medio de tanta indiferencia,
algo se muere en mi de forma irrevocable,
y me agarro con fuerza a los recuerdos,
a todas esas cosas que pasaron,
y marcaron con fuego mi destino.
Hoy por primera vez levante la mirada,
y extendí mis manos con dulzura,
para donarlas en forma de un abrazo,
o tal vez señalar que entre besos,
se vive de forma diferente.
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