En la esencia del vino me consagro
en las uvas maduras me consuelo
en los bellos pajares me recuesto
en las lindas praderas yo te pienso.
Fueron muchos los sueños derrotados
por los hombres de paja que pasaron
por la vida encrespada de los mares
por la obscura impiedad de los azares
Con la ira del verbo algodonado
resurgieron gusanos pestilentes
y abrazos de negro sepultados
en las sombras amargas de tu mente.
Golondrinas y urracas malholientes
apresaron el vuelo transparente
de la gaviota blanca entre la suerte
que se alejó cansada, impenitente.
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