Me detengo a pensar
si otro mundo es posible,
si los rostros humanos
se sienten perdidos
o renace un sendero
que impulse la vida
hasta ver más allá
y nacer cada día.
Pero no tuve tiempo
de contar todas mis huellas
incluso, las que el tiempo borró
sin modestia ninguna.
No tuve un sitio
donde contar mis derrotas
y se hizo fugaz aquel secreto
que agredió sin piedad
mis inviernos más fríos.
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