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La mañana se presentó desnuda,
sin aquellos atributos que definen la paz,
las orillas del río
y los ocasos
que testifican la soledad de un corazón traicionado.
Pero yo creo en ti,
yo se que tu inocencia
es un argumento,
que las palabras
que no salen de adentro,
difícilmente son creíbles.
Yo se también
que el cariño en otoño,
a veces se confunde
con las hojas que yacen en el suelo.
Pero aún así, yo creo en ti.
En ciertos momentos,
cuando el cosmos no brilla
de la misma manera,
y los valores de siempre
se esconden detrás de la apariencia,
yo me pregunto
si la fidelidad que siento
y que te nombra todos los días,
no caduca con el paso del tiempo.
Pero es tan grande mi amor,
que aún así, sigo creyendo en ti.
Y busco, indago, presiento,
y me atrevo a escalar
la cara más oculta del silencio,
de las cosas pasadas,
de las dudas de siempre,
y tantas otras cosas que dejan huella,
y así y todo,
me parece más tierno
¡SEGUIR CREYENDO EN TI!
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