Que no se sabe Ángel
llego a mí
sin querer me toco
con sus alas celestiales
Llenando mi vida
con su dulce mirada
caricias de algodón
de nubes de azúcar
Iluminando con su luz
mi sombría vida
lo curioso es
que el, no la sabia
Ignorante
de lo que yo sentía
me preguntaba:
¿Por qué sonreía?
Ángel, divino:
¡Gracias por tanta ternura
por tu divina frescura
y tus amables caricias!
|