Me consuelas el alma,
me dices duras verdades
de hechos extraños
pero ciertos.
Te confieso mis tristeza
por sentirme no amada.
Y tú, afirmas entender
mi padecer.
Coincidencias y casualidades
somos muy semejantes
tanto, tanto, que
hasta,
coincidimos en hablar
del mismo hombre
de aquel que no tiene nombre...
Misteriosa es la vida,
Amiga
¡ misteriosa o maliciosa...!
|