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ESTAMPAS ANDALUZAS
Cantan las piedras del riachuelo
mientras el agua sueña ser vino
de la garganta de la montaña.
Canta el gitano en su cueva
versos que a su alma araña
mientras negras mareas
perfuman de algas sus penas.
Al son de cañas partidas
bailan los lirios bajo las estrellas.
Cruje el sarmiento en la hoguera
al revuelo de las enaguas.
El campo es una mantilla
bordado por sombras de encinas
regado de lentejuelas
y de luciérnagas dormidas.
El Sol duerme la siesta
sobre las dehesas y la sierra,
sobre la jara y las tejas.
Algunas ranas despiertas
cantan junto a la alberca.
¡Chicharras, grillos, abejas!
forman una sinfónica
en la tarde soñolienta
y las mariposas danzan
sobre las flores sedientas.
Un pregonero a lo lejos
va asesinando la siesta
mientras compra hierro viejo.
El afilador de cuchillos
va amolando al silencio
con su peculiar silbido.
¡Tardes de mi Andalucía!
con moñas en el pelo
de jazmines bien abiertos.
De enroscados esterones
que guardan los nidos
de humildes gorriones.
De arañas que tejen sus telas
sobre espinas de chumberas,
sobre espinas de rosales.
¡Calor, fiebre, deseos!
Bocas sedientas de besos.
Amores lejanos y viejos
que aparecen en los sueños.
Las guitarras se despiertan
al sentir llegar la fresca.
Huele a tierra regada
por los jardines y plazas,
a sábanas almidonadas,
a juncia, a claveles, a menta.
Tardes de mi Andalucía.
Estampas que forma mi tierra
cuando el sol se le recuesta,
haciendo el amor con ella
en esa mágica siesta.
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