Ecos de latigazos se pierden en el túnel
del olvido y el dolor al reventar el Sol.
Una sombra que no me pertenece se mueve
sutil a mi alrededor, queriéndome hincar
otra vez su grotesca y ridícula altivez.
El grito convulsivo del águila herida
buscando las cimas con sueños escondidos,
hacen que la pertinaz sombra sin cuerpo, sin voz
huya despavorida de vergüenza y temor.
En los barrancos del tiempo sangran las gaviotas.
Las mareas arrojan a mi playa peces muertos.
Sobre la cima vendimio recuerdos. momentos.
Entre el mar y el cielo veo dibujarse
un horizonte sin desasosiegos ni duelos.
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