Soneto
Seno de rojo barro, luna fresca
que guardas los secretos de la siesta
debajo del sombrajo de la huerta,
mientras la tarde ardiente y terca
se está bañando en la alberca.
Tu chorro circunferencia abierta
va regando mi garganta sedienta
y besando mi boca reseca.
Tu piel teñida de rojas grosellas
se cubre con las sombras de las tejas
y del jazmín abrazando las verjas.
Tu sudor anisado de estrellas
va embriagando a las abejas
que zumban requiebros entre las rejas.
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