Lentamente el tiempo,
mustios y dormitados
arrastra los momentos,
los que fueron en mi ayer
nutrición para mis tormentos.
Lapidados entre las horas
se rellenan los vacíos,
que en mi alma hacen hastío
y mi corazón devora.
En el silencio de los días,
se reconstruye la esperanza,
y en un velo de olvido
se sumergen las nostalgias.
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