La sombra de tu ausencia
siempre me acompaña,
dejaste una gran huella
que ahonda en mi silencio
y en mi corazón ha hecho mella,
quedando la esencia de tu amor
en lo más profundo de mi alma.
Los huecos se han llenado
de una infinita tristeza,
vaciando las ganas y las ansias
de las voces del ayer,
que hoy se arrastran en mi existencia.
Y mis lágrimas quisieran
enjuagar esa mancha,
que ensucia aquel otoño
que en sus tardes nos hacía gala,
adornando nuestro encuentro
hasta la llegada del alba.
Limpio tu recuerdo
me doy cuenta,
que lo que pensé que fue capricho,
era sincero amor que me entregabas,
y sé que algún día
volverás a oír mis ecos
que en el cielo aún te llaman.
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