Ensortijados mis dedos
a mis manos y mi cuerpo
siempre son prisioneros
de la orden a mandar.
Buscando llaves tras las puertas
para soltar las esposas
y al abrir una de ellas
a otras te encadenarás.
Enredada en la rutina
acatando unas normas.
¿Hasta qué punto soy libre
estando en una sociedad?
Puedo serlo al soñar,
o tal vez en pensamiento,
pero aún así seré
esclava de mi conciencia
que limita mis deseos
y me somete a vivir indagando,
¿dónde está la libertad?
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