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Entre dos paredes se debate mi alma,
que en vaivén se siente atrapada
en el mundo de la duda,
y las voces del ayer
presagian mi mañana.
Quisiera recoger en un racimo
todos los recuerdos,
arrojarlas junto a las hojas otoñales
y al pisarlas,
escuchar sus lamentos,
que en un crujir rompieran el silencio
y arrastraran las huellas con el viento,
las que piedra a piedra
se levantaron alrededor de mis sueños,
haciendo eco,
en este rincón de muros negros,
anunciando la llegada del invierno.
Quisiera suspenderme en el espacio,
dejar de tener noción del tiempo,
olvidar mi condición de ser humano,
ser simplemente energía vagando,
sintiéndome libre de este saco de huesos.
Pido clemencia a mis pensamientos vanos,
pido perdón a mi falta de coherencia
que me condena a escribir estos versos vagos
y realzar de nuevo mi ambivalencia
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