Navegando por el ancho mar
encuentro un rincón que me arropa
acunándome cual los brazos que me anidaban
meciéndome con el vaivén de las olas
El suave silbido del viento
me parece un bello cantar
de los ángeles del Dios Eolo
que con su arpa me hacen soñar
Se envuelven mis sentidos de armonía
con la música y el bailar
que me ofrecen Eolo y Neptuno
cuando salgo a navegar
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