El cielo estaba triste
ella taciturna lo miraba
con los ojos lluviosos
y el rictus forzoso
Como si acabara de perder
el último tren
su silueta solitaria
entre sombras y penumbra
la mano extendida
un beso en el aire
y el deseo de abrazarle
se quedaban en el andén
Ya setía como la pérdida
golpeaba sus entrañas
y la ansiedad
ahogaba su garganta
sus palabras entre rejas
quedaron petrificadas
Él sinembargo
con una infinita frialdad
se limitó a un simple adiós
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