No quise importunarte,
fue quizás un arrebato,
la hostilidad del calor recorriendo la piel,
el desasosiego de la incógnita,
de la penumbra ciega que busca refugio
en el pecho ausente.
No quise asustarte, no fue mi intención,
acércate trémulo entre la orfandad del viento,
mira mis ojos, toma mis manos, escucha mi voz
escurridiza entre piedras oscuras y distantes,
la misma voz que ante la nostalgia
sostiene el sonido disfrazado de silencio,
al ocultar sin reparo, la lágrima de la noche
que vela tu recuerdo.
Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: en una noche de insomnio.
Mayo 05 de 2009
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