La última voluntad (parte II de R.I.P.)
llegó el albacea
-sobre la mesa el testamento-
lee con voz segura
deja la occisa
a su heredero universal
el tiempo perdido
la despedida ausente
los gestos enloquecidos
tratando de dibujar su rostro
enmascarado en la niebla del olvido
los versos que lo nombraron
y aquellos donde siempre fue sombra
en el armario queda
-para su disfrute-
el trozo de memoria
del botín que guarda
la miseria de sus días
terminó de leer
-sobre la mesa el testamento-
el albacea decretó
con voz clara y rotunda
¡cúmplase su voluntad!
Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: al redactar el testamento del amor fallecido.
Enero 14 de 2007
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Publicado el: 15-01-2007
Última modificación: 14-02-2012
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