no hay murmullos rondando la vida
cesaron los tañidos
las campanas se acallaron
el candil perdió su luz
no hay ascuas
ni tizón encendido
¿dónde late ahora
este corazón resucitado y viejo?
mis pies –tercos-
presuntuosos de autonomía
regresaron sobre las huellas
que quedaban aún visibles
sobre la arena del tiempo
y en el volver ciego
sólo encontré
-la peregrina idea
de un encuentro-
la misma ausencia
el mismo dolor
la vacía angustia de saber que
“una sola golondrina no hace verano”
no hay susurros rondando la vida
se hizo el silencio
se marchó la ilusión
Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: al tratar de alcanzar el adiós y hacerlo presencia viva.
Diciembre 26 de 2006