Sin sonidos aparentes, con la nostalgia navegando en el mar de la memoria, el silencio se hizo eterno. Me asomé al borde de mis ojos y encontré a mi cuerpo desgastado de tiempo. Subí a las cimas de las líricas palabras y encontré el sollozo del latido de mi corazón.
Tendí mis manos hacia el horizonte tratando de alcanzar la fina línea que me separa de la tierra al cielo y sólo encontré vacíos que se llenaron de tristezas.
Caminé hacia al frente, pensando era mi norte y descubrí con los pies sangrando, que sola volvía de un viaje de regreso.
Migdalia B. mansilla R.
Fecha: al realizar ese viaje introspectivo que siempre hago al cerrar los ojos.
Octubre 08 de 2005
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