Rueda silenciosa por mi rostro,
la primera, la que se atreve a saltar,
sin miedo, sin dique;
los ojos anegados de un torrente,
cataratas de lágrimas bañando el rostro,
empañadas las pupilas,
logran divisar tu imagen
como un espejismo en el desierto
de esta vida ausente,
de este andar y andar sin la brújula
que marque el norte, o el sur , el este o el oeste
de este sentir que se aferra al corazón viviente
del amor que un día se aferró a la piel,
se hizo alma y dibujó un mañana inexistente
en le presente que nos atrevimos a seguir.
Una lágrima, una lágrima sola
rueda tatuando su paso por mi rostro
marcado por el tiempo y la distancia.
Migdalia B. Mansilla R.
Fecha: cuando el pensar en ti se me hace insoportable en el mañana urgido de presente.
Marzo 06 de 2004
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