SONETO.-

NO HA LUGAR PARA TANTO DUELO

Más disgustado estoy que una cebolla
siempre que al levantarse de la cama
el cerebro atascado se me enrolla
y su dosis de aliento me reclama.

No es de extrañar que por lograr la fama
ante el público medre tan sumiso,
si una vida de ensueño igual me llama
porque el destino justo así lo quiso.

Pensar no quiero que sin previo aviso
me ataque el mal meno de la avaricia,
queriendo prometerme el paraíso
de forma metafórica y ficticia.

Quizás sin acomodo ni consuelo
lugar no exista para tanto duelo.

Luis Pérez