SONETO.-
BENDITO SEA EL MAL
Bendito sea el mal que con dormir
con la barriga llena igual se quita,
cuando la hiel mostrándose maldita
sólo permite al pobre malvivir.
Tanto que muchas veces el morir
a gloria nos puede saber bendita,
que aunque no se confíe en santa Rita
bueno sería obviar tanto sufrir.
Pues no resulta nunca un buen regalo
el tener que arrastrarse por el suelo
en busca de unas míseras lentejas,
cuando considerarse ser el malo
de la película no lleva al cielo
por más que sean múltiples las quejas.
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