|
SONETO
CON LA VOZ ESTREMECIDA
Hoy la voz se me escapa estremecida
como una lamentable metralleta,
renegando una vida de receta
mientras la mente queda dividida
por dar una opinión a la medida,
o mostrar mi pasión de anacoreta.
Pues al punto que pierdo la chaveta
dejo atrás para siempre el alma herida,
porque mucho me casca el burdo llanto
al dejarme los credos sin consuelo
y a la deriva todos los destinos.
Así habré de romper cualquier encanto
hasta que se me caiga todo el pelo
por mostrar mis instintos más dañinos
|
