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ENÉADA
EL FANTASMA ALIMENTA SUS MIEDOS
Dicen que el propio fantasma, se alimenta de sus miedos
porque siendo siempre víctima de sus más devotos credos
pillarse teme, a propósito, en un descuido los dedos.
Que aquí a salvo nadie está de sus asiduos prejuicios,
cuando prever no se puede, de pronto los precipicios
aunque convencer nos quieran, con argumentos ficticios.
Es cierto que ante la muerte, del miedo nos achantamos
porque en manos de lo incierto, nadie lo duda, que estamos
y con esa incertidumbre, a diario nos levantamos.
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