VENDER NO QUIERO LA PIEL
Hoy no quiero vender mi piel barata
sin observar primero hacia delante,
sin comprobar el vértigo al instante
aunque el temor me apriete la corbata.
Y Dios quiera no meta yo la pata
al presumir incluso de arrogante,
que regalos no espere mi talante
si no es que la avaricia lo remata.
Pues tal vez si buscara otros refugios
más allá del calor de mis sentidos,
hoy mismo me pudiera contestar
con casi toda clase de artilugios,
que superando todos los cumplidos
bien fácil me podría atragantar.
|