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SONETO
UN REGUERO DE POEMAS
A tu paso un reguero de poemas
y de lágrimas voy quizás dejando,
por más que a duras penas logro el mando
del velero que tú, querida, remas.
Sin corazón la voluntad me quemas
mientras me vas la tumba preparando,
no sabría decirte desde cuándo
pero mudo me tienen tus problemas.
Saber de ti de veras que me encanta
porque de tu sonrisa bien disfruto
y la ocasión acaso lo merece,
tanto que la moral se me levanta
si no tuviera que pagar tributo
cuanto de sobra, sabes, me apetece.
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