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Hoy sin excluir los anexos
ponemos el alma en venta,
si cumpliendo los ochenta
no distinguimos los sexos.
Pues como planos convexos
a diario abrimos los ojos
con los músculos ya flojos
que la edad no pasa en vano
aunque te sientas ufano
sin ilusiones ni antojos.
Pues miedo y escalofríos
sentimos hoy día todos,
viendo como entre los lodos
se revuelven tantos líos.
Pues con sus cocos vacíos
se defienden intereses
aunque en contra los reveses
nos hundan en la miseria
y aunque la cosa está seria
aún existen marqueses.
Y tanto que si indefenso
el ciudadano se siente,
es que tiene muy presente
cualquier catástrofe, pienso.
Pues sin existir consenso
resucita la amenaza
de quien ya nos diera caza
allá por los años treinta,
cuando incluso en los setenta
infame era nuestra raza.
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