SONETO CAUTIVO
NI PAN PARA DISGUSTOS
Que nadie se sorprenda
si todavía veo una alpargata,
y se ponen mis huevos de corbata
justo echando a correr sin que jamás lo entienda.
Porque mucho se duele este lozano menda,
cuantos golpes de forma bien barata
se llevó por saltarse la fogata,
y que nadie se ofenda.
Si así todos crecimos tan robustos
a base de palizas y malos alimentos,
que aún hasta las pieles me chirrían,
cuando nadie ganaba ni pan para disgustos
y para dominar los elementos
de sobra nuestros padres mal se las prometían.
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