MEMORIA HISTÓRICA
El olvido es el sádico argumento
de quien en el poder mejor se instala,
y a su lugar de origen no recala
ni empujado a la fuerza por el viento.
Fácil que sin faltarle el alimento
ni se acuerda del pico y de la pala,
porque al poder corrió como una bala
feliz cono unas pascuas de contento.
Tanto que ver pudiera la tortura
como eficaz y sabia medicina
a quien reclame la memoria histórica,
pues su puesto defiende con locura
que a todo el que se cruza lo elimina
explicando a tortazos su retórica.
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