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SACUDIR LA BASURA
Sacándonos de quicio y del albero
no para de mentir su señoría,
pues ni su padre del bufón se fía
sabiendo que las cuentas tiene a cero.
Y mira que se luce con esmero
aunque llore el baboso y no se ría,
que de nuevo al votante desafía
con mantener su escaño en el alero.
Será que no conoce la decencia
este tipo de pájaro ladino
que tanto se defiende el cara dura,
cuando viaja de gratis y a conciencia
hasta tal punto de perder el tino
queriendo sacudirse la basura.
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