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SONETO
Cuando a nosotros mismos impedimos
el auge natural de nuestras vidas,
obstruyéndonos todas las salidas
es que muy avispados no nacimos.
Por eso con razón nos evadimos
presagiando las fuertes estampidas,
tal que con las aletas abatidas
ya nos cuesta creer lo que decimos.
Que si el presente igual nos acomoda
mientras cumplimos con dolor los años
colocando las cosas en su puesto,
una lucha será la vida toda
poniéndonos a prueba por peldaños
por si alguien se saliera aún del tiesto.
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