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SONETO.
Echado de mi propia madriguera
que me quieran no tengo ya esperanza,
pues fácil no resulta aquí la espera
si carente de pan está la panza.
Como burro curré siempre a destajo
sacando bajo piedras el dinero,
sin cuidar las conductas un carajo
que igual me daba julio que febrero.
Quien sabe si tacaño fui en detalles
que el amor resultara insuficiente,
hasta el punto que en muchas bocacalles
las tortas me venían ya de frente.
Así que entre timbales y tambores
logro sobrevivir de mil amores.
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