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SONETO.-
Ojalá que el derecho a la existencia
en este mundo nadie nos la niegue,
porque de forma incuestionable alegue
ante el fiscal problemas de demencia.
Que si tuviera cargos de conciencia
que sus propios prejuicios no me pegue,
y a los demonios sin piedad me entregue
ya sin el recibí de procedencia.
Y es que morirse sin donar tributo
ni dejar a los hijos testamento
no parece la gesta del recibo,
cuando acudir al Hades con macuto
hoy no tiene razón ni fundamento
hablando del adiós definitivo.-
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