LA ILUSIÓN QUE SE VUELVE TAN FUNESTA

La ilusión que se vuelve tan funesta
es aquella que atiza nuestra mente,
que a ver nos lleva el temporal de frente
y de lado quizás también la fiesta.

Por eso mismo la razón detesta
a todo aquel que pasándose la raya
soñando maravillas hoy se acuesta
y todos sus marrones se los calla.

De sobra sé que yo con el martillo
de aquel entonces hice virguerías
manejando la hoz con mucho acierto,

pues pasando de ser un buen chiquillo
apartadas dejé las fechorías
por exhibir mis actos en concierto.-

Luis Pérez