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SONETO BLANCO.-
Cuando me tiemblan sin parar los labios
apenas ya si encuentro las palabras
que a menudo machacan mi cabeza
pujando por salir de su guarida.
Así tal vez sin fuerzas, todas juntas,
quieran garantizarse un buen futuro
con su gran y locuaz atrevimiento,
cuando la fe les falte y conmocione.
Y es que presa del miedo siempre voy
sellando con mis huellas los caminos
aunque en ellos me deje ya la sangre,
pues sin razón comido llevo el coco
como parece estar aquí de moda,
sobrevivir al día y en presente.
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