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SONETO.-
Arrasa la injusticia como el rayo
los montes una noche de tormenta,
cuando la convivencia pone en venta
según el argumento de un lacayo.
Pues repugnante huele todo fallo
que a sus autores beneficios renta,
igual porque la ley camina lenta
y porque, bien lo sé, jamás me callo.
Porque así ocurre cantidad de veces
viviendo en un país surrealista
donde la ley se aplica sin cordura,
cuando al rozar la sinrazón con creces
cualquier estimación materialista,
aplaude cuando escapa un caradura.-
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