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Si no quiero que algún maltrecho día
la rabia me reviente por los aires,
deja que llene el alma de alegría
y seguro lo colme de donaires.
Pues no quiero vivir preocupado
al pensar que me amarguen el futuro,
al dejarme en la calle malparado
sin disponer para comer de un duro.
Y bastante distraigo mi presencia
para pasar de incógnito del reto,
porque al hacer examen de conciencia
la virtud me merece un gran respeto.
Pues no quiero llevarme la patada
dando toda respuesta por sentada.
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