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Puede ser que ni Lope ni Quevedo
para escribir fumaran mariguana,
si de forma sincera y siempre sana
hacer fortunas importaba un bledo.
Tampoco se chupaban mucho el dedo
cuando jugando al salto de la rana
pretendían armar cualquier tangana
hasta quedarse solos en el ruedo.
Así que demos caña al contrapunto
siempre y cuando agilice nuestras mentes
con todos sus reflejos engrasados,
que a nadie hacemos daño, creo y punto
pudiendo ser ateos o creyentes,
y en estas artes siempre muy osados.-
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