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Resucitarlo pretenden
con añoranza sus devotos,
porque dueños de sus cotos
motos sin ruedas nos venden.
Está claro que descienden
de familias poderosas
de sus fortunas celosas
por la gracia de un tirano
que mandó fusil en mano
a callar entre otras cosas.
No parece el pueblo ajeno
y menos escarmentado
si al mismo diablo ha votado
por probar de su veneno.
Ojalá le pongan freno
aunque tema lo contrario,
si según el calendario
se mueve como la espuma
y simpatizantes suma
que se escapan del armario.
Veremos las consecuencias
a la vuelta de la esquina,
si venenosa la inquina
arrasan estas tendencias.
Que a juzgar por sus conciencias
pisar se proponen fuerte
teniendo incluso la suerte
de una democracia muerta
que si pronto no despierta
herida estará de muerte.-
Luis Pérez.-
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