Soneto Cautivo;
El corazón que busca
su mejor regocijo en la mentira,
sin duda pronto sufrirá la tira
al mirar de soslayo como su fe se ofusca.
Quizás puede que logre una sonrisa etrusca
si por Oriente fuera hoy de gira
tal vez templando con pasión la lira
jamás de forma brusca.
Porque quien con engaños se enriquezca
nunca descansará de veras muy tranquilo
el esqueleto sobre su almohada,
aunque cuanto le sobre a los perros ofrezca
creyendo que navega por al Nilo
delante de un buen plato de carne bien asada.
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